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La importancia del reloj biológico en nuestra salud Dra: María Susana Olavarria - Alimentación Saludable.

El reloj biológico es el dispositivo de tiempo innato de un organismo. Produce ritmos circadianos y regula su programación.

Los ritmos circadianos son cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo diario, y que responden, principalmente, a la luz y la oscuridad en el ambiente. 

Dormir por la noche y estar despierto durante el día es un ejemplo de un ritmo circadiano relacionado con la luz. 

El reloj biológico interno que poseemos es el que dirige los procesos fisiológicos y las conductas que el organismo lleva a cabo de manera periódica y en un tiempo puntual, por ejemplo, con la coordinación de las órdenes para que, durante la noche, se eleven los niveles de melatonina (hormona que controla el ciclo diurno/nocturno) y se produzca el descanso necesario. 

Los latidos del corazón, la presión arterial, la respiración y la actividad reproductiva entran en esta categoría.

Este cronómetro interno regula las funciones críticas además de los patrones de sueño, como el comportamiento, los niveles hormonales, la temperatura corporal y el metabolismo, por lo que cualquier alteración puede derivar en algún tipo de trastorno, e incluso en contraer ciertas enfermedades.


Un reciente estudio científico argentino publicado en la revista internacional Science Advances probó que los desajustes de nuestro reloj biológico son un factor de riesgo para el crecimiento tumoral a partir de la alteración del metabolismo e incluso del sistema inmune que nos protege.

Se realizó un experimento durante 2 años, con ratones de laboratorio a los que se sometió a cambios en el ciclo circadiano de 6 horas cada 2 días. Un modelo experimental que llamaron jet lag crónico.

Luego del experimento, hallaron que los ratones obtuvieron un metabolismo alterado, cambiante, en donde su sistema inmunitario se debilitó, engordaron más comiendo lo mismo y tuvieron alteraciones significativas en algunas tareas cognitiva evaluadas.

En la segunda etapa, se implantaron células de melanoma, un cáncer de piel, y observaron que el tumor crecía 3 veces más rápido con su ritmo circadiano alterado debido al debilitamiento de su sistema inmune. 

Esta investigación arrojó nuevas evidencias sobre los efectos que podría generar en los humanos estar desincronizados por mucho tiempo. 

Un ejemplo de esto en los seres humanos, son algunos trabajos en turnos rotativos que pueden alterar nuestro ritmo circadiano y generar una mayor propensión a trastornos metabólicos y nuestro sistema inmune, con el riesgo de poder desarrollar tumores de persistir la alteración por un tiempo prolongado.


La disrupción circadiana afecta negativamente a la fisiología, planteando una amenaza para la salud global que se manifiesta en enfermedades proliferativas, metabólicas e inmunes, entre otras.
Cabe recordar, que los estudios sobre el ritmo circadiano y su importancia para el desarrollo y bienestar humano fueron reconocidos con el Premio Nobel de Medicina 2017 a los científicos estadounidenses Jeffrey C. Hall, Michael Rosbash y Michael W. Young, que descubrieron en 1984 el mecanismo que controla el funcionamiento del reloj biológico, estudiando la mosca de la fruta.

El desarrollo del cáncer y su respuesta a los protocolos terapéuticos están fuertemente influenciados por los sistemas inmunes innatos y adaptativos, que promueven o atenúan la tumorigénesis. 
Como el reloj circadiano modula varios parámetros inmunitarios, incluido el número de diferentes tipos de células en distintos tejidos, su trastorno desregula los procesos inflamatorios que se predice que favorecerá el establecimiento y la progresión de los tumores.


Fuente: https://www.infobae.com/salud




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