Las Aftas son lesiones de la mucosa bucal de origen aparentemente viral que, si bien son molestas para el paciente, suelen ser de carácter benigno y en la mayoría de los casos no presentan complicaciones clínicas relevantes. Estas lesiones afectan al epitelio de la mucosa bucal y son de tipo vesículo - ulcerosas no queratinizadas que conllevan una pérdida de sustancia de la mucosa y que son inicialmente necróticas, dolorosas y recidivantes.
Son lesiones superficiales que pueden aparecer en la cara interna de labios, mejillas, bordes y dorso de la lengua, paladar blando y base de las encías. Impactan negativamente en la calidad de vida de los pacientes por el alto nivel de dolor y de molestia que generan en el desarrollo de actividades cotidianas como comer, hablar, masticar, etc.
La aparición de las aftas viene precedida de una sensación de escozor u hormigueo en la zona afectada que evoluciona en pocas horas (12 a 36) a una mancha o protuberancia indurada de color rojizo que termina ulcerándose, estas lesiones son redondeadas u ovaladas, con bordes bien definidos y elevados en forma de cráter sobre una base inflamatoria eritematosa.
Remiten normalmente a los 7 a 14 días de evolución en forma espontánea y sin dejar cicatrices. Presentan dolor y molestias localizadas, aunque en las formas más severas puede aparecer fiebre, ganglios inflamados y malestar general. También pueden aparecer después de episodios de fiebre alta producto de un cuadro de tipo viral.
De acuerdo con su tamaño, se pueden clasificar en aftas menores entre 2 y 5 mm, no superando los 10mm. Las aftas mayores son de tamaño superior a los 10mm, y son más profundas y destructivas que las menores y finalmente las estomatitis aftosas recurrentes que son múltiples y pequeñas aftas que no superan los 3mm pero que se unen por proximidad formando úlceras mayores y de morfología irregular.
En cuanto a su origen, se señalan factores endógenos y exógenos. Entre los endógenos se mencionan factores de tipo hereditario como también de tipo inmunológico y de carácter autoinmune. Entre los exógenos se señalan lesiones bucales y erosivas, traumatismos de mucosa bucal, hipersensibilidad a determinados tipos de alimentos como nueces, maní, avellanas, chocolate, en general de alto contenido calórico, reacciones alérgicas a ciertos fármacos y alteraciones psicológicas como cuadros de stress.