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BIENESTAR COMUNITARIO - TABAQUISMO - TENS. Daniela San Martín.

En Chile, el 40% de los mayores de 15 años fuma y se estima que 46 personas mueren al día por causas atribuidas al tabaco.

¿Qué esconde el tabaco?

Al quemar un cigarrillo, se generan más de 4.000 sustancias químicas, entre ellas:

Nicotina: es la sustancia adictiva.

Alquitrán: factor de riesgo para cáncer.

Amonio: usado en lavalozas.

Arsénico: un veneno conocido desde la antigüedad.

DDT: sustancia incorporada en insecticidas.

Formaldehído: utilizado para conservar cadáveres.

Monóxido de carbono: compuesto dañino que impiden una normal oxigenación del cerebro y del resto del cuerpo. Por cada paquete de cigarrillos que se fuma en el día, la concentración de monóxido de carbono en la sangre aumenta en un 5%.


¿Qué produce el tabaco en el organismo?

Cáncer:                                                                                                                                   

Un fumador tiene el doble de probabilidades de desarrollar esta enfermedad. El tabaco es responsable de aproximadamente el 30% de todas las muertes por cáncer, principalmente de boca, laringe, tráquea, pulmón, esófago, estómago, páncreas, riñones y vejiga. Con el consumo de 10 a 20 cigarrillos diarios, el riesgo de morir por cáncer pulmonar aumenta 14 veces.


Enfermedades cardiovasculares:                                                                                                                                                    

El cigarro aumenta al doble el peligro de sufrir un infarto cardíaco o un ataque cerebral. Los componentes inhalados del humo del cigarrillo dañan el endotelio, superficie que recubre el interior de los vasos sanguíneos, y cualquier lesión en esta zona es el inicio para la formación de una placa de ateromatosis. Esto puede afectar el corazón, cerebro y piernas. 


Alteraciones en la piel y otros:                                                                                      

El tabaco afecta el colágeno de la piel, lo que acelera el proceso de envejecimiento cutáneo y favorece la aparición de arrugas, además de dificultar la cicatrización. Fumar también aumenta la frecuencia de osteoporosis, induce una menopausia prematura y produce impotencia en el hombre.


Alteraciones en el embarazo:                                                                                        

El feto también recibe los tóxicos del cigarrillo a través de la placenta. Como consecuencia, hay mayor riesgo de abortos espontáneos, partos prematuros y recién nacidos de bajo peso. Además, los hijos de madres fumadoras tienen más riesgo de muerte súbita.

Las mujeres que fuman también se demoran más en lograr un embarazo porque el tabaco se relaciona con la calidad de la ovulación, el transporte embrionario en las trompas y la posterior anidación. También altera la capacidad fértil espermática del hombre, es decir, la calidad y la capacidad de movimiento de los espermatozoides.


¿Qué produce el tabaco en el cerebro?

La nicotina causa una descarga de dopamina, una sustancia química que controla las regiones del cerebro donde se dan las sensaciones de satisfacción, placer y motivación.

Esta reacción es similar a la que provocan otras drogas de abuso, como la cocaína y la heroína. Esto explica el placer que sienten muchos fumadores cuando consumen tabaco. La nicotina es una de las sustancias más adictivas que existen.


Fumador pasivo:                                                                                                                  

Estar expuesto una hora al humo del tabaco es lo mismo que fumarse un cigarro, ya que el “humo de segunda mano” contiene todos los carcinógenos identificados en el inhalado directamente por alguien que fuma. Por lo tanto, el fumador pasivo tiene mayor riesgo de mortalidad por cáncer y también por enfermedad coronaria, accidentes cerebrales y enfermedades respiratorias.


Efectos en los niños:                                                                                                         

Está demostrado que quienes vivieron con fumadores sufren más problemas respiratorios y tienen más del doble de probabilidades de padecer enfermedades crónicas después de los 18 años.
El hábito de fumar de los padres está causalmente asociado con una mayor prevalencia de asma, otitis, neumonía y bronquitis en los hijos. Además, quienes se exponen al humo del cigarrillo en la infancia tienen mayor riesgo de presentar una función pulmonar reducida e hiperreactividad bronquial.

El humo del cigarrillo agrava el asma preexistente, lo que se traduce en más hospitalizaciones y consultas de emergencia. Es por eso que los menores asmáticos tienen un riesgo cuatro veces mayor de ausencia escolar por enfermedades respiratorias.


¿Son mejores los cigarrillos con índices bajos de nicotina?

No, está demostrado que quienes fuman estos cigarrillos también conocidos como “light” consumen la misma cantidad de nicotina al hacer aspiradas más frecuentes y profundas, o al consumir mayor número de cigarrillos. Como efecto colateral, el monóxido de carbono y otros productos tóxicos aumentan en la sangre y en las vías aéreas.

El cigarrillo electrónico:

En el último tiempo, diversas marcas han comenzado a ofrecer el cigarrillo o vaporizador electrónico como una alternativa para sustituir el tabaco y dejar de fumar. Estos dispositivos utilizan una resistencia y batería de pequeño tamaño para calentar y vaporizar una solución líquida que puede liberar nicotina o incluir solamente aroma. Estas sustancias pueden ser tóxicas, especialmente cuando se calientan al máximo y aspiran profundamente generando formaldehído, que es entre cinco y quince veces más cancerígeno que el tabaco común.

No obstante su creciente uso, estos no son seguros y es controversial que aumente la tasa de cesación tabáquica.


Efectos de dejar de fumar en el organismo



¿Es posible dejar de fumar?

El tabaquismo es la causa de muerte más prevenible, por lo tanto, vale la pena esforzarse para abandonar este hábito. Se ha comprobado que una de las medidas más efectivas es la terapia cognitivo-conductual acompañada de medicamentos para el síndrome de privación.

Las claves para dejar el cigarro son:




Prepárese:

Enumere y escriba las razones que tiene para no seguir fumando y tome la decisión.

Enumere y escriba las razones que tiene para no seguir fumando y tome la decisión.

Usted se conoce, evalúe si puede solo o necesita ayuda.

Concentre sus fuerzas y enfóquese a realizar una misión importante en su vida.

Comunique su decisión a su familia, amigos y compañeros de trabajo y pídales su ayuda.

Elimine todos los cigarrillos que tenga en su casa, oficina, auto o cualquier lugar que frecuente. También los objetos asociados.

Planifique cambios en su agenda y rutina.

Determine un día de corte total, impostergable.

Defina un cambio de estilo de vida.

Infórmese sobre esta adicción.

Su salud comenzará a estar en sus manos.


Busque apoyo y refuerzo:

Pida a los fumadores conocidos que no consuman tabaco frente a usted.

Si no es su primer intento, considere lo que lo ayudó en intentos anteriores y lo que no le funcionó.

Una vez que dejó de fumar, no lo vuelva a hacer; ni siquiera pruebe una aspirada.

Converse con su médico de confianza y pídale su asesoría.

En la actualidad, se cuenta con terapias de reemplazo de nicotina y otros fármacos que disminuyen la intensidad de los síntomas de privación, lo que hace mucho más fácil este proceso.

Si siente que necesita ayuda más especializada, existen programas multidisciplinarios destinados a este propósito.


¿POR QUÉ EL CORONAVIRUS AFECTA A LOS FUMADORES?

 










El humo del tabaco deteriora varios componentes o medidas de defensa del sistema respiratorio. Disminuye la inmunidad celular en parte y también algunos mecanismos de limpieza mucociliar que se tiene en la nariz, en la garganta, en la tráquea y, por lo tanto, esto hace al fumador más proclive a enfermarse. Esto está demostrado en la neumonía, influenza y otros virus respiratorios.


“El tabaquismo aumenta en cinco veces la probabilidad de tener influenza; en tanto, hoy día también hay bastante información que confirma que pacientes fumadores tienen más riesgo de contagiarse y desarrollar una infección por coronavirus”.


Lo anterior, aclara el especialista, se explica porque “el coronavirus se une a las células del epitelio del pulmón a través de un receptor, como una llave y su cerradura, la que se llama enzima convertidora de angiotensina (ECA). Los pacientes fumadores expresan más receptores y, por lo tanto, más susceptibilidad de adquirir la infección”.


Agrega que el riesgo también aumenta en aquellos que fuman cigarrillos electrónicos, pipas de agua como narguiles y marihuana, ya que suelen compartirse y utilizarse en ocasiones sociales, lo que aumenta facilita el contagio.


Asimismo, también se ha demostrado que, en caso de contraer la enfermedad, los fumadores activos tienen más riesgo de desarrollar una infección más severa, tener necesidad de hospitalizarse, presentar insuficiencia respiratoria que derive en ingreso a la Unidad de Cuidados Intensivos y conexión a ventilación mecánica.


“Lo anterior se refiere solamente a los fumadores activos, jóvenes, adultos, con enfermedad, sin enfermedad, sin contar que el fumador crónico puede desarrollar una serie de enfermedades pulmonares como EPOC, cáncer, fibrosis pulmonar y enfermedades cardiovasculares asociadas al tabaco que por ese lado también conllevan mayor riesgo”, señala el broncopulmonar.


A este contexto de pandemia por coronavirus, se suma la pronta llegada del invierno, que, junto a la contaminación, las bajas temperaturas y la aparición de otros virus, son capaces de producir un deterioro de la función pulmonar y cuadros muy grave en aquellos pacientes de riesgo.

  

Recomendaciones generales


 “Es clave no fumar de manera activa durante esta pandemia y ojalá dejarlo definitivamente, ya que, como se mencionó, el tabaquismo conlleva más riesgo de enfermar y con un peor pronóstico. Por otro lado, es importante desalentar fuertemente el uso de las pipas de agua, cigarrillos electrónicos y la marihuana”.


También, refuerza que, en estos tiempos de cuarentena, en que se debe estar más resguardado, tanto ambientes públicos como privados, tienen que estar 100% libres de humo de tabaco.



Daniela San Martín 

Tens Unidad de Salud Usach.


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