Existen varios tipos de piercing, siendo el más utilizado el
denominado barbell. Este consiste en una barra con bolas atornilladas en ambos
extremos, que es colocado principalmente en la lengua y en los labios. Los
elementos del zarcillo suelen estar hechos de acero quirúrgico o titanio. Otros
materiales secundarios son el oro, el platino y la silicona plástica.
La implantación del piercing oral usualmente es realizada
sin el respectivo procedimiento anestésico. Algunas personas que lo realizan no
poseen la formación necesaria para la realización de dicho procedimiento y
desconocen la anatomía, lo que conlleva en muchos casos a complicaciones
frecuentes como dolor, inflamación e infección, entre otras.
También se pueden producir ciertas complicaciones como
desgarros de tejidos, fracturas de tejidos duros, reacciones de
hipersensibilidad, retracción gingival, que impulsan al paciente a acudir a
citas de urgencia médica u odontológica.
Los efectos negativos por el uso de piercings orales se
manifiestan a través de complicaciones, las cuales pueden ser de compromiso
tanto local como sistémico, y pueden llegar a poner en riesgo la vida del
paciente o afectar algunos de sus órganos. Las alteraciones locales son las de
mayor frecuencia, es por ello que para algunos autores debe considerarse el uso
del piercing como un factor a tener en cuenta por la salud pública con el
objetivo de disminuirlos.
También se pueden presentar alteraciones de tipo funcional
en la lengua que alteran procesos fisiológicos como la masticación, la
deglución y la fonación, especialmente de fonemas como "s", "t" y "v". En varios
países la prevalencia de complicaciones asociadas al uso de piercing en la
cavidad bucal representa un importante asunto de salud pública. En España
existe una legislación que aplican a estilistas, salones de belleza y de
tratamientos cosméticos con el fin de prevenir la transmisión de
microorganismos y enfermedades infecto-contagiosas.
Riesgos y complicaciones asociadas a los efectos negativos
del uso del piercing oral:
1.Compromiso de vía respiratoria.
2.Reacción alérgica a metales.
3.Sangrado y riesgo de hemorragias.
4.Galvanismo.
5.Recesión gingival.
1.Compromiso de vía respiratoria.
2.Reacción alérgica a metales.
3.Sangrado y riesgo de hemorragias.
4.Galvanismo.
5.Recesión gingival.
6. Hiperplasia y tejido cicatrizal.
7. Incremento de flujo salival.
8. Deglución del piercing.
9. Interferencias con imágenes radiológicas.
10. Interferencia con el habla, masticación y la deglución.
7. Incremento de flujo salival.
8. Deglución del piercing.
9. Interferencias con imágenes radiológicas.
10. Interferencia con el habla, masticación y la deglución.
11. Infecciones locales y sistémicas
12. Compromiso de estructuras nerviosas y parestesia
13. Dolor
14. Inflamación
15. Fractura dental
12. Compromiso de estructuras nerviosas y parestesia
13. Dolor
14. Inflamación
15. Fractura dental
Quien decide colocarse un pendiente debe prestarle cuidado y
atención, pues está colocando un elemento ajeno al cuerpo y que podría
reaccionar de manera negativa. Por ello siempre ha de limpiarse muy bien y
correctamente, no maltratarlo, tampoco excederse en las curaciones de la
perforación y por supuesto no intentar intercambiar la pieza con otra persona
como medida sanitaria de evitar contagios. Las perforaciones labiales suelen curarse
aproximadamente entre 6 y 8 semanas. En adelante, aunque pueda quedar costra,
la fístula estará desarrollada y la perforación curada.
Después de practicar la perforación, se curará
favorablemente si se usa una solución salina (agua y sal) durante
aproximadamente un mes, para que no se infecte. Para ello se empapa la herida
durante 3 a 5 minutos con una disolución salina suave para ablandar restos de
sangre y linfa pegados al pendiente, lo ideal es quitarlos con un trozo de
algodón. Después de enjuagarlo, se gira el pendiente dentro de la perforación
lentamente y se enjuaga para quitar los restos que queden dentro y alrededor
del piercing.
Se pueden usar enjuagues bucales que no contengan alcohol
tras comer para quitar los restos de alimentos y enjuagar la
perforación. El pendiente inicial
debería ser cualquiera con una barra plana por detrás o un aro rematado en
bolita, de acero quirúrgico, titanio u otro metal de ligereza similar.
Después de realizarse la implantación del piercing, se debe
realizar un lavado con agua salada tibia o con enjuagues orales, es aconsejable
que el paciente no fume ni consuma bebidas alcohólicas. El piercing se debe
remover diariamente y debe ser limpiado y cepillado para mantener una buena
higiene del mismo, eliminando de esta manera factores como la placa y el
cálculo.
Este tipo de procedimientos en caso de realizarse, debe ser
practicado por parte de una persona capacitada, y en el mejor de los casos
acompañado por un profesional de la salud oral, donde se brinde a los sujetos
la información necesaria para su cuidado y control con el fin de disminuir las
complicaciones.
Referencias:
González Hernández, M., & Pacheco Rodríguez, D. (2011). Efectos negativos del uso de los piercings en la cavidad bucal. Universidad Médica Pinareña, 7(1). Recuperado de http://www.revgaleno.sld.cu/index.php/ump/article/view/76/72
Equipo de técnicos dentales.
González Hernández, M., & Pacheco Rodríguez, D. (2011). Efectos negativos del uso de los piercings en la cavidad bucal. Universidad Médica Pinareña, 7(1). Recuperado de http://www.revgaleno.sld.cu/index.php/ump/article/view/76/72
Equipo de técnicos dentales.
Unidad Atención de Salud.
Dpto. calidad de vida.
VRAE