El cuidado de los pies a veces pasa a segundo plano, lo que
puede perjudicarnos a raíz de la falta de movilidad que provoca el
confinamiento por la pandemia actual. Estos problemas se presentan de
diferentes formas y para evitarlos deberemos tener en cuenta los siguientes
puntos:
1. Cuidado e
higiene del pie.
2. Falta de
actividad física.
3. Uso de
calzado.
1. Cuidado e higiene del pie.
Es esencial mantener los cuidados cotidianos de higiene de
nuestros pies en base a las siguientes pautas:
●Lavado
diario: preferentemente con jabón neutro.
●Secado
correcto: es importante secar bien los espacios entre los dedos y evitar frotar
de forma brusca con la toalla.
●Hidratarlos
con crema (de uso habitual).
●Corte de
uñas en forma recta.
2. Falta de actividad física.
La falta de actividad física puede interferir en la buena circulación de las extremidades inferiores, por lo que, si nos mantenemos activos, todo nuestro cuerpo lo agradecerá y, en particular, nuestros pies.
La falta de actividad física puede interferir en la buena circulación de las extremidades inferiores, por lo que, si nos mantenemos activos, todo nuestro cuerpo lo agradecerá y, en particular, nuestros pies.
Algunos de los ejercicios que podemos realizar para
fortalecer nuestros pies son:
●Subir y
bajar escaleras: en caso de no contar con escalones en la casa puede emplearse
un pequeño taburete.
●Hacer
sentadillas: ponerse de puntillas y flexionar las piernas hacia arriba y hacia
abajo manteniendo la espalda recta.
●Mantener
el equilibrio parado en un pie y luego en el otro.
Será necesario adaptar la actividad física a la edad y circunstancias
de cada persona (el simple hábito de caminar alrededor o dentro de la casa
puede considerarse un ejercicio para personas mayores).
3. Uso de calzado.
Aunque resulte cómodo, es muy importante no abusar del “calzado de casa” como las pantuflas u otros similares. Esto fuerza nuestros pies de forma incorrecta pudiendo generar ciertas anomalías.
Aunque resulte cómodo, es muy importante no abusar del “calzado de casa” como las pantuflas u otros similares. Esto fuerza nuestros pies de forma incorrecta pudiendo generar ciertas anomalías.
Es recomendable calzarnos como lo haríamos cotidianamente
para evitar que nuestro pie pierda el hábito del movimiento con “calzado de
calle”, lo que podría provocar problemas cuando se vuelva a la normalidad.
Como recomendación extra, es conveniente revisar nuestros
pies periódicamente para detectar a tiempo durezas, lesiones, cambios de
coloración en la piel u otros posibles problemas. Así mismo, es necesario
extremar las precauciones en niños, personas mayores, diabéticos/as y personas
que practiquen deporte.