La cefalea o dolor de cabeza es una de las dolencias más frecuentes que afecta al ser humano y ha sido descrita desde la antigüedad. Prácticamente todas las personas han sufrido un episodio de cefalea a lo largo de sus vidas.
Del mismo modo, constituye una de las consultas médicas más frecuentes y su manejo variará según su causa y presentación.
Causas
El cuadro más frecuente en la práctica médica (80%) lo constituyen las cefaleas primarias, aquellas que constituyen una enfermedad como tal y no se deben a patologías estructurales subyacentes. Las más frecuentes en este grupo son la cefalea tipo tensional y la migraña.
Un grupo menor son las cefaleas secundarias, las cuales corresponden al síntoma de una enfermedad de base, en las que se incluyen enfermedades neurológicas graves en un muy bajo porcentaje.
La primera labor médica es diferenciar las causas secundarias, las que frecuentemente deberán ser tratadas de forma aguda y específica.
Para ello se han estudiado las señales de alarma o BANDERAS ROJAS, las cuales se pueden identificar en la historia aportada por el paciente y en el examen físico.
Además, las cefaleas secundarias podrían requerir estudios adicionales con exámenes de laboratorio y neuroimágenes.
Cefaleas Primarias
Una vez descartadas las posibles causas secundarias, se pueden evaluar las causas primarias.
La migraña es el tipo de cefalea con más consultas médicas debido a su intensidad y el compromiso de calidad de vida que asocia.
Corresponde a una cefalea intensa, a un solo lado de la cabeza (hemicránea), pulsátil, asociada a náuseas, vómitos, sonofobia y fotofobia. Es más frecuente en mujeres en edad fértil.
Se caracteriza por ser un dolor bilateral, opresivo (como una banda), sin agravantes, sin nauseas ni vómitos.
Puede asociarse a otros factores como trastornos del ánimo, del sueño o alteraciones odontológicas y mandibulares.
El manejo de las cefaleas primarias dependerá de la patología responsable y del compromiso en la calidad de vida del paciente.
Existen indicaciones generales y conceptos importantes que todo paciente debe conocer para reducir la frecuencia de las cefaleas de cualquier tipo.
En el caso de las migrañas, existen muchos factores desencadenantes que el enfermo debe aprender a reconocer y evitar, tales como ciertos alimentos, olores y hábitos.
Dentro del manejo farmacológico, la primera línea de tratamiento que se utiliza son los analgésicos tradicionales, tales como paracetamol y naproxeno.
Todo fármaco utilizado en cefalea tiene mayor efectividad si se consume antes de iniciar los síntomas y no durante el dolor.
Sin embargo, es importante resaltar que cualquier fármaco utilizado en exceso puede provocar cefalea por abuso, volviendo al paciente dependiente del medicamento, ya que la cefalea aparecerá si no lo consume.
Por lo mismo, se debe acudir a una consulta médica si la cefalea se ha vuelto frecuente, ha cambiado su patrón o está empeorando su calidad de vida.
